17 de mayo de 2009

La llamada...



La "conocida" Llamada, puede adaptarse a diferentes escenarios.

Los hombres y mujeres que entregan su vida a Dios dicen haber oído en algún momento de su vida, la llamada del Señor para que encaminen su existencia a una vida de penitencia, desarraigo social, reclutamiento, entrega a un ente irreal, a algo en que creen y por lo que muchos darían la vida.

Algunas de esas cualidades son imputables a los religiosos de hoy en día, a los de antaño y probablemente los que actualmente pueblan los seminarios (que alguno habrá, digo yo).

Ellos dicen haber oído la llamada de El Señor, del que consideran su Señor sin ser algo tangible ni visible. Dicen tener que entregarse a Él porque no pueden evitar servirle, ofrecerse a él en cuerpo y alma, dedicar a Él todas las horas del día y de la noche.

Nadie, dentro de la sociedad les tilda de locos, ni de estar para entrar en un psiquiátrico. Estaremos más o menos de acuerdo con la Fe que les mueve a hacer lo que hacen pero allá ellos con su vida, si lo que pretenden es dejar de sentir, de vivir, de relacionarse con los demás adorando a algo que ellos creen real pero no hay nada científico que lo sustente.

La "llamada" que sienten las personas sumisas cuando realmente se entregan al dominante sí es cuestionado. Lo hacen, al igual que los religiosos, desde su más extensa libertad, pero de hacerlo público o entrar en una hipotética "escuela de sumisas" para aprender como adorar a su Señor, serían tildadas de locas, enfermas y a saber cuantas cosas más.

Cuál sería la diferencia entre las dos formas de actuar?

Una lleva siglos existiendo, siendo conocida y embaucando a la gente a cambio de una falsa salvación que jamás podrá asegurarse, se basa en la Fe, algo intangible y muy esotérico pero aceptado al fin y al cabo.

La otra es tabú, es personal e intransferible, no mueve montañas, ni dinero, ni tiene tantos adeptos como la primera.

Las dos han sido opciones que alguien toma líbremente, sin opresiones ni ataduras, salvo las que líbremente decide aceptar cuando contesta a La Llamada.

Curiosa la forma de responder a una y otra del mero espectador.

Cuan complicada es la existencia y el comportamiento humano.

Vive y deja vivir.

Dejemos que cada cual haga con su vida, con su existencia, con entrega, con su amor, con sus sentimientos lo que considere más adecuado en cada momento.

No juzguemos, no somos Dioses, ni deberíamos pretender serlo.

Si ellos nos exigen comprensión, que sean los primeros en ofrecerla.

Los dos lados de la orilla deberían tener las mismas obligaciones y las mismas libertades.

Lástima que a día de hoy, no seamos capaces de atender líbremente la Llamada que más nos complazca.

nakie