19 de julio de 2009

Esas entregas... a distancia...

Con el paso del tiempo y las experiencias, los humanos tendemos a cambiar de opinión. Lo que ayer nos parecía correcto, hoy creemos que es mejorable y quizá mañana firmaríamos que es una situación intolerable.

Salvando las distancias del "ayer", "hoy" y "mañana", seguro que todos hemos vivido en un momento u otro esa situación. Máxime las personas que nos empeñamos en entender e involucrarnos en eso que llaman D/s.

Cuando empiezas en este mundo eres una persona con reservas, no sabes lo que te irás encontrando, te sorprenden las sensaciones y las novedades que vas averiguando. Ansías pertenecer a alguien pero si ese alguien está separado de ti por la distancia, de momento es lo mejor, ya que mantienes tu propia privacidad y manejas tu "entrega" más o menos a tu antojo.

Quien diga que no ha experimentado algo así siendo persona sumisa, miente.

Pero si te empeñas en continuar, en hacer de esta forma de sentir tu forma de vida, si lo que deseas es seguir adelante, llegará un momento en el que no soportarás entregarte a alguien que está a miles de kilómetros de ti.

De niñas soñamos, de mayores queremos que el Príncipe Azul sea de carne y hueso.
La época de los sueños pasó y deseamos realidades.

Pero para muchas, la comodidad de tener su propio espacio temporal, que la relación con su Dominante no sea piel con piel y cuando Él lo necesite es lo ideal, aunque se enarbole la bandera de "la necesidad de mi Dueño a todas horas".

No entiendo ni entenderé jamás la super-entregada de la persona sumisa a otra persona a la que probablemente vea unas pocas veces al mes, eso con mucha suerte. Las hay que ni eso, pero siguen considerando su sumisión como la mejor.

No entiendo que alguien se conforme con un sueño de lo que para ella sería vivir en el paraiso.
No entiendo que teniendo la oportunidad de tenerlo todo, se conforman con sucedáneos.
No entiendo que pudiendo sentirse las personas más plenas de la tierra, se conforman con ser meros títeres al son de un sms, un mail o un chat.

Quizá "manaña" mi forma de entender esta realidad cambie... hoy por hoy, es lo que hay... "ayer" solo yo se lo que hubo...



nakie

Quizá desde siempre...

Quizá desde siempre y en todas las sociedades ha habido personas sumisas que han cedido ante las órdenes de hombres dominantes.

No es para nadie un descubrimiento que siempre ha existido esa figura aunque quizá lo que no sea tan apreciable a simple vista, sea el denominar a esas situaciones como una relación sumisa-Dominante.

Desde hace un tiempo y en diversas ocasiones me ha dado por pensar que tal o cual persona mantiene, sin saberlo, una relación de sumisión con su pareja. Y casi todas esas situaciones que "analizo" son del tipo sumisa-Dominante.

Él ordena, ella obedece.

Parejas tipo como las que veíamos antaño, en las que él demanda y ella ofrece, sabedora de que es lo que se espera que haga, que es lo que se supone que una buena esposa tiene que hacer, en donde no se cuestiona, ni por un momento, si puede o no hacer otra cosa.

Parejas tipo como las que viéndose atrapadas en una vida que no desean, que no las llena, se conforman por eso de decir "es que a esta edad ya no encontraría nada mejor".

Parejas tipo como las que engañan o son engañadas por la otra parte y conocedoras de esa situación aguantan por el puro placer de la comodidad que les brinda lo que tienen.

Todas esas parejas y muchas otras que no vienen al caso ceden a los más bajos impulsos de obedecer y aguantar una situación por puro beneficio.

Otras en cambio son las que, como en el caso de nuestros abuelos, se empeñaban en atender en todo momento a la persona que tenían al lado ofreciéndole todas las comodidades que estaban a su disposición, sacrificando con ello incluso su propio bienestar.

Estas últimas, de las que seguro que si nos ponemos a pensar encontraremos muchos ejemplos cercanos, son las que, probablemente sin saberlo, han tenido una vida de dedicación a la persona que amaban, dándolo todo por el bienestar de la otra persona.

Esas personas que sin saberlo y sin que les costara más que levantarse cada día han tenido una vida de dedicación y profunda sumisión a otro ser.


A todas esas personas es a las que hoy en día quizá más de una debería de mirarse cuando se auto-denomina sumisa.

Y es que de vez en cuando no nos iría nada mal a todos, hacernos un auto-juicio de valor y analizar donde estamos, donde quisiéramos estar y el camino que nos falta por recorrer hasta llegar a ese lugar.

nakie